30 grados a la sombra. Las bulliciosas callejuelas desprenden vida. Los vendedores ofrecen a voces su mercancía artística y exótica. Mejor disfrutar un poco más de la tranquilidad en el fresco vestíbulo del hotel. Los oscuros tonos atrapan la luz. Mis ojos se posan en el revestimiento de la pared. Se pierden en las estructuras. Creo que quiero quedarme aquí para siempre.