El arroyo murmura tranquilo y sosegado. Pequeños remolinos aquí y allá. Podrías sentarte allí eternamente y dejar vagar tu mirada. Simplemente desconectar y perderte en tus pensamientos. Este es exactamente el efecto que crea el Niara con sus vetas diagonales y sus suaves transiciones. Pocas veces un decorativo de mármol ha sido tan sencillo, claro y, al mismo tiempo, cautivador por su relajante resplandor.
Características